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Wednesday, December 26, 2007

Sentido ultimo

Me recuerdo de manera anticipada a la sensación, de ver mis sentidos puestos en esa fecha, que sabe a dejar de ser. Entonces, gesto de mirada que simplifica las palabras, veo en eso que me rodea, una perdida de significado, o un haber encontrado el sentido único de todas las cosas, como una certeza sin coherencia, porque no hay verdad y todo el sentido es que no exista uno realmente. Mesas puestas solo para decirnos que una silla esta vacía. Lo nuevo tiene el sabor al debilitamiento. Construyendo esperanzas que ciegan, no sabemos vivir sino en una nostalgia que nos distancia del presente. El año que pasó posee la identidad que no supimos ser y lo que vendrá, es eso que no sabremos vivir tampoco. La voz que nos habla es similar al silencio y el silencio, dolerá cuando ya no escuchemos esa voz. Nada importa, porque todo posee este color de cielo que anochece. Debe ser así. La melodía que trae el recuerdo es ese aroma de brisa fría, en medio de un cálido cerrar nuestros ojos. Mirar nos asfixia. Reír nos entristece. Y entre el paso del tiempo y la vida, trato de sujetar tu mano pensando en todo esto, pero solo logro ignorar.

Sunday, December 16, 2007

Un sitio otro


Dejo de ser, en tu contemplar la vida, desde fuera, sin dejar de ser parte; Esquemas de voces disonantes al gesto que trae, la remembranza dolorosa de aquel que sonríe. Todo me es ajeno, desde un sitio otro, que es el mismo, a tu lado, donde los caminos unen llegadas y partidas, y por ellos se cruza; Pasos dados con la inteligencia de ignorar. Dejo de ser, en un momento de manos que recorren, donde las horas son la respiración que se agita, en una exhalación de cuerpos tendidos. Nada más. Tu afuera y mi no estar sino, a través de tu contemplación, y la voz, que no alcanza la palabra. Mi confusión se aclara. Y tus interpretaciones quiebran la espontánea estructura de un delirio razonado. ¿La vida es?... Estas ahí para decirme, sin decir; Pensamiento dentro de otro pensar. La vida es un mirar, y desviar la voz en otros ojos. Es morir eso de lo cual otro estupor renace, en un evolucionar de la resignación. Es no pensar y ser. Es sufrir y... no sentir nada de eso. Vestir las apariencias. Sepultar lo perdido y contemplar el horizonte, con un gesto de luz, sobre las lagrimas enceguecidas. Un silencio de tiempo que ronda en torno al frió de nuestras manos quietas. Y detrás de todo eso, tus ojos leyendo, eso que yace en la conciencia herida, de no lograr desangrarse. Pálida impresión. (Traslucida niña). Rojiza nube que nos adormece, en un gris de cielo sueño. ¿La vida es?... Y detrás de este acto de escribir, tu paciencia es el centro de mi extravió.

Friday, December 07, 2007

Desmoronamiento


Desperté, si bien a una apariencia singular, fue lo más próximo a la verdad que se nos figura. Pregunte por ella. Había continuidad en mi percibir el tiempo tan lento. Luego, subí una escalera y detrás del cristal, esperaba, distraída en su imperfección, esa hora que siempre llega. Mirada perdida, ojos cansados de si misma y el nerviosismo que se desprendía de su naturaleza esquiva. Era ella, en el estado pleno de su vida cotidiana y que tantas veces, infinidad de veces, cientos de momentos desplegados en una maraña de caminos, rumbos de obligaciones inciertos y excusas vacías, orientados en una huida innecesaria, había creado para así, perder su rastro. Trate de hacer de cuenta que... pero preferí el silencio, y los momentos se sucedieron de idéntica forma; Su intuición, por sobre todo esto que estaba viendo. Viajamos subterráneamente, dialogando, cual imagen que nos impulsaba en una regresión de impresiones y culpas. Escuchó el latir de tus pensamientos; Credulidad, desconfianza, exceso de desgano, identidad real de un agobio y deseo de que algo, finalmente, termine. Entonces, en su hermetismo, cuestione los motivos que llevan al hombre a idealizar, y me consterno el ser conciente. ¿Sabemos solo eso que se nos cuenta?. Complejidad en su simple manera de desahogar ese dolor, que asegura no tener. La acompañe, hasta que nuestros pasos se detuvieron frente a una postergada despedida. No es acá, pensaba, mientras regresaba, reencontrándome con el silencio de una apacible soledad. Tal vez, detrás de algún esquema mental, desmoronándose y dando sustento a otras suposiciones, su irrealidad exista.