No hay luz en un dia como este. En lo distante, las personas padecen la inercia como un transcurrir sin pensamiento. Meros transeúntes de un espejismo de calles y rumbos, espejismos de la razón que entabla caminos desérticos con los anhelos, espejismos de la inexistencia real. Aspectos que adoptan la deformación como forma; Un sendero lineal que se entrecruza, agrietado laberinto que surge como la única imagen verdadera. Ningún silencio, mas el sueño cierra nuestros ojos en una claridad de anhelos. Nada rige, pero algo determina. Colapso de la creación. Nada es, pero eso otro marca un ritmo que no percibimos, siguiendo, en un movimiento vital, sea el alma, resonante armonía de respiros y el latir de nuestra conciencia; Ideales, maneras de ser, formas de ignorarnos, certezas inútiles, como un paseo a orillas de un mar calmo; Olas estáticas, horizonte de apariencia eterna. Un cielo en nuestro dolor siempre. Memoria de sombras. Pasos hacia la nada, grabadas en la arena de una mirada sin voz.