Extravíos
Mis manos sostienen el espacio
que no me sostiene,
en esta multitud de voces;
Prisión de ser,
exteriorizados en gente,
gritando para no oír,
corriendo en cada paso,
para no desviar el camino.
Y el caos me sabe a nausea,
se me figura en abismo,
en un tropezar con la certeza
de que todo es un error,
en un instante de claridad
que oscurece la conciencia,
en un abandono
del extravío.
Nada,
y es tanto esa nada
que no puedo sentirla
con la impresión natural
que del cuerpo se tiene.
Paseo sin rumbo,
imagen detenida en nuestra memoria,
que aún sin recordar,
no olvida.
Dolor que nos estremece
más que los sentidos,
desde fuera y hacia fuera,
desde lo exterior que somos
hacia lo inalcanzable.
La respiración se agita,
y todo es calma;
Una resignación de versos
que me atraviesan,
desangrándome en silencios,
en impresiones que no describo,
en ideas que no pienso,
en mundos que no digo.
Escritor de las emociones
que no sé vivir;
No hay final
en lo que no se empieza.
La inacción es un estado
que nos libera,
en una ilusión infinita.