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Wednesday, April 29, 2009

En mi regreso...





La tristeza es este todo que, sin ser,
se materializa y se vuelve nada;
una nada que se agrieta en el aire que no hay,
de un espacio extendido en la lejanía.
Pero no hay tristeza, reflejo de calles que son dias
construidos en un calendario blanco. Recorrido.
Calendario que pende de un muro amarillo,
como el reflejo del mismo cielo. Eco plomizo.
Mirada desplegada entre sombras que reposan,
en una claridad muda. Soy yo quien percibe
y por eso el mundo es real.
Identidad que se anida y naufraga.
Mar que renace, cristalizado. Letras
que se derraman. Desde fuera,
porque dentro no podría.
Vivir es no vivir.
Vivir es pensar en la vida y no ser en ella.
Lo que es para mí y no lo que es.
Lo que ha sido a mi visión y no lo que ha sido.
Impresión sin sentidos.
Desorden en la armonía.

Sunday, April 05, 2009

Océanos subterráneos



Llueve, nuevamente, pero es distinto. Ella se durmió diciendo que aún así podía hablarle, porque no estoy solo; Es una niña de tan dormida que yace, insólita, jugando en la puerta de aquella antigua casa que ya no existe. Es abril y la lluvia llega, pero es distinto, y por eso quizás vuelvo tras los pasos de cada letra. Hay quietud en el modo sobre el cual la brisa golpea. Puerto construido a orilla de los sentidos. Impresiones que son el viento. Sueños que destellan. Cabello oscuro sobre almohadas blancas. Ella duerme, con la serenidad de un tiempo ido. Melodía en la respiración que acompaña un permanecer sin conciencia. La luz tenue. Sonido de reloj antiguo. Infancia. Miradas que siguen esas manos que tejen. Miro a través de sus ojos cerrados. Mi silencio y el suyo son voces en la tempestad que se diluye, muda, como el agua que en la tierra alcanza la profundidad del mar. Sumergidos en este abril. Viajando. Desiertos donde escribo. Procuro no despertarla. Apago la luz y abrazo su voz y acaricio su sombra. Océanos subterráneos de ser nosotros.