Desvío
Hay, en cada sitio, un repetir de lo usual, como un eco, un recurrir a la monotonía, en cada golpe, cuando, las horas visten de una tonalidad conocida, el paso por esas calles, en un momento que siempre nos sorprende en la prisa. Y sin embargo, como formas que hacen del paisaje, un instante en el escenario de seres, se encadenan en nuestro espíritu, la obligación de cada día, el ser siempre en ese reflejo, el vernos en esa costumbre. Nos sabemos. El impacto de lo impreciso aterra con su rostro ajeno. El desconocimiento de otras vidas. La hoja incierta de toda nuestra experiencia por ser redactada, es el horror blanco de la existencia, tan natural a cada uno, que lo atravesamos, en una curiosidad que enmascara el espanto. Veo, sin mirar. Habito, aislado en mí. Respondo, sin interrogantes. Ahí, en el calendarios de los días que forman parte del mes que se ha ido, nada nos depara que no sea, más que un cambio. Solo un giro en esa dirección, detrás de otros recorridos, hasta que usuales, las calles sean y monótonos los sonidos, vistan con una tonalidad familiar los espacios. Ojos cerrados que son la noche que siempre duermo. En mis brazos. Formas que trepan, entre sabanas que nos cubren, como la voz repentina que acaricia una incógnita. ¿Que será cuando todo sea?. En tu respiración late el sabor de la calma. Cuarto que es toda la realidad, en ese instante.
