Desordenes Lineales

Las líneas desordenadas de la historia indefinida y concreta.¿Qué el mundo deje de ser y que nada vuelva?. Éxodos del pensamiento, a través de un sueño de horas detenidas. ¿Ser una historia en medio de una nada, que se vuelve una orilla entre océanos de letras y espacios?. Un punto, y del otro lado, esa visión detenida en lo inmediato; La brisa en la quietud, la prisa en esa asfixia de alguna vez, quizás, ser un libro. Hojas en blanco. Despertar de la confusión; Inconstante transcurrir de la lectura, en intervalos de párrafos que ocultan, entre sus líneas que suman, las descripciones de situaciones que restan. Entre un año y el otro, la tragedia aún, ficción real de una singular metáfora. ¿Qué es una fecha en el pasado?.

No hay un sentido, y sin embargo aguardamos, y distantes, en el mismo espacio y sensaciones de realidades tangibles, permanecemos unidos en una expresión de voces y tiempo. Luego, todo es un recordar lo vivido, donde una pregunta entorpece nuestros pasos. Meditamos la caricia que se racionaliza en sueño. Somos parte de un presente que recordamos. Innecesaria noción de suponer que alguna noción es necesaria, a este estar sintiendo. Y la hora se materializa y avanza. La luz de la mañana oscurece la claridad de reencontrarnos, dando contorno al cuerpo que somos. Y solo ahí el verde de tu mirar mis ojos cerrarse. Un gesto de risa similar a la quietud o el silencio. Y una similitud entre ambos, que se alza, en torno a nuestro descreimiento. Hay un cansancio anticipado al agotamiento de cada sitio, recorrido, indefinida e interminablemente. Hoy mismo seguiremos siendo lo mismo. La luz de otro dia trae ese pensamiento, pero el recuerdo del presente, hace vernos en la memoria del futuro. Sabes de mí. Es inútil escribirte. Mi ausencia se lee a través de tus manos y... ese dolor de ojos por dentro. Mi destino esta cercado y de algún modo, tocas la libertad, de ni siquiera saber si son tus palabras; “En algún momento todo”. Te miro ir. Y el momento es el instante que perdura...

Abrí el cajón de los papeles antiguos, de las poesías-otras, de los versos que no supe, de las líneas anónimas, que en ese incesante buscar en la palabra, se abren ante mí, para cerrarse ante todo. Claridad de lo oscuro. Intensidad de verso en la metáfora que no se alcanza. Ya no soy ese. Ya no soy nada de eso y sin embargo, hay un reflejo cristalizado en sombra, sobre la inmovilidad; El sabor de un dolor de conciencia, el aroma de una voz, que se impregna en las sienes. Son hojas amarillas... letras que no tuve la indiferencia o el valor suficiente como para ser indiferente, o solo me visualice en esta contemplación futura y por tal motivo, yacen ahí, y aguardan, y son eso. Abro carpetas colmadas de recuerdos, con esa desconfianza natural ante lo nuevo. Releo notas y descubro el significado, pero todo es el cadáver del dia que nunca amaneció. Todo es un adiós sin mirar a los ojos, contenido en el peso de cada segundo que transcurre, en una temporalidad de fragmentos y letras. Todo es un no haberme desecho de eso. Reproches que me abrazan en inconexos diálogos. Una espera que se volvió un cansancio de manos entreabiertas. Y ella, subiendo hasta llegar al piso donde vivía. Letras tipeadas con el desconocimiento del desgano. Y la luz del pasillo que se enciende, y sus pasos, y mi abrir la puerta apenas, y extender mis dedos, para que sus frías manos los sujeten, pidiendo que abra. Todo eso es lo que no es, y es eso lo que veo y encuentro, sin saber que busco. Entonces, me estremece ese ser que hay aún hoy, y habiendo cambiado, pienso, que soy el mismo. La misma diferente soledad de volver, línea sobre línea, en un reproche de hojas que pesan, con la indiferencia del momento que se siente y no se vive.

Hay veces, como en el dia de hoy, en que percibo en todo un orden exacto y que, sin ese ir siguiente y posterior llegar, en la partida, los acontecimientos se desmoronarían en una estrepitosa quietud, del universo entero. Es entonces cuando, en el ocaso del dia y rítmico aclarar de nuestro agotamiento, las personas regresan y es simple el pensamiento elaborado que los conduce, justamente, porque ese pensamiento es indistinto a su razón e indispensable a su alma. Son ideas-pasos y sentimientos puros los que motivan el movimiento preciso de las calles y de los hombres. Las miradas deben ver eso que se interpreta y que de tan cruento e incompresible, se acepta y no duele. Todo es perfecto en la imperfección de ser. Todo es preciso en dias así y hasta, debilidad fundamental de la conciencia, acepto sin comprender, el consuelo de una entidad que determina y rige. Alguien pasa, entre su abismo y el mío, hay una distancia medible. Estamos unidos, bajo el gesto amigable del vertiginoso ir, sin saber con certeza, si es una verdad, eso que se busca.