Disonantia
Contemplo desde la meditación, en la desarmonia de mi transitar los dias y prevalecer en la noche. Así es el silencio; como esas cuadras que atravieso y los rumbos se diferencian unos de otros, en la distancia, los espacios me consternan, son sitios por los cuales alguna vez, esas letras que abandono, resonaron, como un eco de pasos que se vuelven sombras. No hay realidad mas nítida para mis sentidos que este transcurso adverso, que este avanzar fuera de la conciencia que debe ser un todo. Mi otra mirada, que me devuelve el reflejo del agua que dejo la lluvia que solo hoy cae, encuentra armonía, fría luz que me enceguece y acaricia. Estas, detrás o en un cuadro que transformo a cada instante, letras que dejo en mi hablar sobre el caer de las palabras, haciendo océanos en tu silencio. Nos reflejamos, sumergidos desde la profundidad, desear respirar no basta. La asfixia contiene el sueño al cual tus manos buscan despertar, se liberan en un agobio de dia de oficina o de voces que remiten. Solo me contemplo, hoy, atemporalmente, hace dos años, en este principio. Beso que encuentra tu certeza herida. Quisiera... pero los colores son este blanco que se extiende. Podría y sin embargo, el misterio tiene esa tonalidad y las palabras solo llegan en el desgano de crear una filosofía improbable. Contrapuestos, ahí o acá, en todos los sitios, estando en este, cuerpos o espiritual consternación. Dejamos de ser, el mundo se vuelve tangible y caemos en él, con la fuerza de una muerte prematura, de un sueño que no debe mas que perderse, en los trazos de un cuadro sin color.