Abril
Un escrito de finales de Abril que traigo, a principios de Mayo.
Los años colapsan en un accidente ineludible y dentro de los días, se hacen inciertos los pensamiento en las cuales naufrago. Son ideas sin relacion, coexistiendo, en una unión que las distancia. Cercanía del ser. Sueño en el cual regreso. –“¿Si digo un deseo se cumple?”-. Ellos Sonríen. El deseo real que se posee con la intensidad que la razón abraza, posible en la medida que el esfuerzo sea mayor a nuestra necesidad de extravió. Ellos saben. Esos pasos por fuera, que la mirada sigue, solo para volver sobre la tarea que nos aproxima.... Luego, en soledad, entre el silencio atípico de los muros y las horas, el reloj de oficina me despertó de mi estar despierto, y detrás de la puerta de vidrio, el reflejo de quien sabe de los deseos, el esfuerzo entre ensueños. Quien intuye los pasadizos, en la contemplación, con el animo suficiente como para decir con sus ojos. Las Diez y el gesto autentico, entre calles, a orillas del agua y en su presencia, sostengo ese instante, porque un año más no es un año que transcurre y colapsa.
Gracias por estar.
