Desordenes Lineales

La memoria se abre,

a un pasado que se cierra.

Claridades que se cristalizan.

Desde el otro lado,

la luz de la mañana desciende,

imprecisa,

como una lluvia sobre el recuerdo

de una tristeza,

por lo que no se entiende.

Una herida que al fin sangra,

porque ninguna verdad basta.

No hay verdades,

ni un sentido donde ser.

Metálico movimiento;

Cada segundo es un latido.

Infinita sombra sonora,

aferrada a las fuerzas que ceden.

Ya no estamos.

Sueño de despertar

fuera de este encierro.

Ya no buscamos.

Y por eso la muerte se desliza

entre las horas;

Asciende,

como una caricia de luz

que se apaga,

en un brillo tonalidad

a quiebre o despedida.

Es de mañana. Sobre el techo de quien vive debajo, las hojas que son los pasajes de un cuento escrito; “Agria melancolía”, “sonoro marfil”. Un mi bemol color púrpura, sustentadas asociaciones y los ojos grises de quien, en sus episodios de extraerse en su mundo, amanece como el dia amarillo y claro, de un sol rojo que digiere, nocturnamente. Un relato en la melodía. Círculos de quintas. La remembranza que tiende a aumentar su fuerza. Un autismo-estar-conectada-con-todo. Hojas escritas. La luz temprana. Un piano que reproduce los acordes cromáticos. Puente de cemento que cruza el rió de agua móvil. Atemporalidad en ese encuentro. Manos que no logran tocarse.
Todo se me figura como un sueño real. Todo se encuentra detenido en ese instante. Un cuadro y una melodía; Poesía futura, y la misma continuidad de lo impredecible. Unión en esas vidas discontinuas.
Me apresuro, con un dolor en el esfuerzo, pensando en todo lo que debo realizar. Abro las ventanas en un dilema de percibir la realidad, sin quedar fuera de ella. Abandono mi descanso. Mi mente no se entrega a la conciencia de mi no ser yo.